2020/11/14
Lo que sigue es de Hideki Kakeya y fue publicado en la revista Sound Arguments de este mes.
Está en el horizonte más lejano de los pedófilos izquierdistas como mucha de la gente de la Universidad de Tokio y de los miembros del Consejo Científico de Japón.
Es un auténtico académico cuyas investigaciones son dignas de alguien que estudió en la Universidad de Tokio.
Este artículo es de lectura obligada no sólo para la población de Japón, sino también para la de todo el mundo.
El énfasis del texto, salvo en los títulos, es mío.
Lo que sigue es una continuación del capítulo anterior.
Este capítulo, nuevo para mí, trataba de cómo el pueblo japonés debía sorprenderse al conocer las realidades de las universidades estadounidenses y europeas, de las que debía ser consciente.
Explica por qué agentes coreanos como Alexis Dudden dominan la American Historical Society.
En Corea no existe la verdadera erudición.
Este artículo nos muestra primero por qué los agentes de ese país controlan la American Historical Association.
El otro día critiqué la clasificación de las universidades del mundo realizada por la institución británica por considerarla totalmente ridícula.
Este capítulo demuestra que mi crítica era totalmente acertada.
Critiqué duramente a los medios de comunicación, fácilmente manipulables por el PCCh, por fragmentar la sociedad.
El Sr. Kakeya nos muestra que son las propias universidades las que están dividiendo a la sociedad estadounidense.
Las universidades estadounidenses son las que producen el pseudomoralismo y el PC.

Silencio sobre la intervención política real　
Se puede ver la afirmación izquierdista de que "esta interferencia del gobierno en los nombramientos del Consejo de Ciencias es una infracción de la libertad académica", pero esto también es una falacia lógica.
Una infracción de la libertad académica es interferir en determinadas actividades de investigación o presionar a quienes defienden determinadas teorías para silenciarlos.
El papado de la época, que condenó en un juicio a Galileo Galilei, defensor de la teoría geocéntrica, es un buen ejemplo.
Lo mismo sigue ocurriendo hoy, unos 400 años después.　
Por ejemplo, el 6 de octubre se informó de que la madre del Dr. Qian Limu, virólogo que defiende la teoría de que el nuevo coronavirus es artificial, fue detenida por el gobierno chino.
Ocurrió antes de que publicara su segundo artículo, la base de su teoría artificial.
Este intento de silenciar a los académicos de esta manera es la verdadera intervención del gobierno en la libertad académica.
¿Los académicos de izquierdas que defienden la libertad académica alzaron alguna voz de protesta contra esto?　
Para empezar, los académicos de humanidades de izquierdas que han estado al mando de los consejos académicos no han sido defensores de la libertad académica, sino que han adoptado posturas que la vulneran.
Lo más emblemático de esto es que han obstruido las actividades académicas de los científicos, por ejemplo, emitiendo una declaración en la que se oponían a la solicitud de la Agencia de Equipamiento de Defensa al "Sistema de Promoción de la Investigación en Tecnología de Seguridad". En ocasiones han presionado a las universidades para que dejen de participar en el programa.
En otras palabras, el Consejo Científico de Japón, y no el gobierno, está interfiriendo en la libertad académica.　
Mientras tanto, el Consejo Científico de Japón firmó un memorando de entendimiento con la Asociación China para la Ciencia y la Tecnología en 2015 para promover la cooperación entre ambas instituciones.
Según Tadanobu Bando, antiguo agente intérprete, entre los 56 miembros de la Asociación China de Ciencia y Tecnología se encuentran:

Personal militar.
Personas implicadas en la tecnología de plataformas de drones en la Compañía de Desarrollo de Armas del Ejército de Liberación.
Personas del Centro de Desarrollo e Investigación de Plataformas Terrestres de Armas no Tripuladas de la China Weapons Industry Group Corporation.

Supongamos que no cooperan con la investigación de defensa de Japón, sino con personal militar chino. En ese caso, esto sólo puede interpretarse como la esperanza de que China invada Japón.
Lo que resulta difícil de comprender de la realidad de la izquierda es que algunas personas desean sinceramente una invasión de Japón por parte de China. En cambio, otros no dudan de que la prohibición de la investigación militar japonesa y la cooperación con investigadores chinos conducirían a la paz, y ambos se mezclan.　
Divido a la izquierda en tres grandes categorías.
La primera es lo que yo llamo el "grupo central", aquellos que odian la sociedad y la cultura a la que pertenecen y pretenden destruirla.
Su odio suele provenir de su excesiva autoestima y de su insatisfacción porque quienes les rodean no les valoran justamente.
Para resolver esta insatisfacción, sueñan con utilizar el poder de China para destruir Japón.　
El segundo es el "grupo de interés", cuyo objetivo es conseguir dinero y puestos de trabajo siguiendo al grupo central.
A menudo se encuentran en los medios de comunicación de masas y en los directivos de empresas globales.
No pocos académicos, también, están probablemente comprados por el dinero y cooperan con China.
El tercer grupo es la "clase flotante", aquellos que simpatizan con los ideales ostensibles del grupo central.
Actúan basándose en un sentido de la justicia, pero a menudo tienen un vano deseo de ser considerados buenas personas, y el grupo central se aprovecha de ello.
Sin embargo, una vez que estas personas adquieren conocimientos, se dan cuenta de que han sido engañadas y abandonan la actividad.　
John Edgar Hoover, el primer director del FBI (Oficina Federal de Investigación), clasificó a la izquierda (Comintern) en cinco categorías: "miembros abiertos del Partido (Comunista)", "miembros no revelados del Partido (los que participan en actividades secretas del Partido Comunista)", "compañeros de viaje", "oportunistas" e "incautos (crédulos Los tres primeros corresponden al núcleo.
Los tres primeros corresponden al núcleo, los oportunistas a los intereses y los ilusos a los flotantes.
Los izquierdistas del núcleo pueden describirse como aquellos que aspiran a la llamada "revolución derrotista".
Se trata de aprovechar el caos provocado por la invasión extranjera para llevar a cabo una revolución comunista.　
Durante muchos años, la existencia de tales fuerzas fue descartada como una teoría conspirativa, pero con la publicación de los papeles Venona en Estados Unidos, ahora está claro que se trataba de un hecho histórico.
Las actividades manipuladoras de la izquierda durante la Segunda Guerra Mundial y el periodo anterior y posterior pueden ser de gran ayuda para comprender el movimiento izquierdista actual.
Este artículo continúa.